Llevo bastante tiempo queriendo hablar sobre la diferencia entre desinfección e higienización. Desde el blog de Comercial Ardely, me propongo aclarar un poco la terminología básica de los productos de limpieza con estas características.
Entendemos por productos desinfectantes aquellos que destruyen o logran inactivar de manera irreversible determinados focos de infección potenciales, como bacterias y hongos. Sin embargo, para que este tipo de productos sean considerados desinfectantes no es necesario que destruyan, por ejemplo, las esporas. Las medidas de desinfección resultan indispensables en procesos como la manipulación o el procesado de alimentos, así como en su preparación, en industrias alimentarias, cocinas, hospitales, etc…
En cambio, en la higienización, se trata de reducir la presencia microbiana, es decir, la carga de microorganismos hasta lograr que los niveles sean considerados aptos. Todo ello sin que estos productos afecten de manera adversa a la seguridad y calidad del producto final.
Es importante tener también en cuenta que a pesar de las diferencias que separan a estos dos procesos, tanto si se trata de procesos de desinfección, como si lo son de higienización, a la hora de alcanzar los niveles adecuados de limpieza es importante el empleo de las concentraciones precisas en los distintos químicos de limpieza, y el tiempo de actuación que aconseje el fabricante.
He de decir que, a nivel de legislación, un producto que en su etiquetado se defina como desinfectante debe estar inscrito en Registro de Biocidas no agrícolas de El Ministerio de Sanidad, en cambio, los productos higienizantes en su composición pueden llevar propiedades desinfectantes, pero en su etiquetado y usos no pueden decir que son desinfectantes, SÓLO los productos registrados son autorizados por Sanidad para ese uso específico de desinfección.